viernes, 18 de enero de 2019

Entrevistas en Cuestionas de la Patria | CLAUDIO CASTELLI


El objetivo de estas entrevistas es realizar un aporte a la formación de cuadros políticos a partir de acercar el pensamiento de quienes han tenido una actuación que merece ser destacada por su posición a favor de los intereses del pueblo y la lucha por la liberación nacional. En esta oportunidad dialogamos con Claudio "Chuni" Castelli, quien, entre otros oficios, es editor de los blogs: http://vagosperonistas.blogspot.com/ y http://vagosyderecho.blogspot.com/
La vigencia de la necesidad de la liberación nacional, la importancia de la lucha contra la criminalidad económica, de valorizar la cultura nacional, son algunos de los temas tratados. Le agradecemos a "Chuni" su predisposición para dialogar con nosotros. 



Estimado Claudio, la intención de esta serie de entrevistas es aportar a la formación teórica política de los compañeros y las compañeras, desde la reflexión sobre la necesidad colectiva de construir una sociedad más digna y solidaria, dejando atrás las injusticias de la opresión entre los países y las injusticias sociales. Empezamos preguntándote si nos podrías hacer una breve presentación tuya, y contar de tus experiencias, formación teórica y vivencias, relacionados con tu compromiso social y con los problemas de la patria.


Gracias por interesarte por mis opiniones en momentos tan difíciles para la patria, es un gusto contestar el cuestionario.

Vengo de una casa donde se hablaba mucho de política. Mi madre era radical, y mi padre del viejo partido conservador, aunque había apoyado al peronismo en los 40 y 50 sobre todo desde su catolicismo, y lo oí hablar siempre bien sobre las leyes sociales del peronismo, que a su juicio respondían a la doctrina social de la iglesia católica. Vivíamos en La Paz, Pcia. De Entre Ríos, de donde soy nacido. Hice primaria, secundaria, universitaria, posgrado en escuela, colegio y universidad pública, irrestricta y gratuita. De chico estaba influenciado por la opinión de mis padres, pero sobre todo “lo de las leyes sociales del peronismo”, que a mi sensibilidad tocaba profundo, porque en mi adolescencia me formé por una monja y sacerdotes, que podrían entenderse como del tercer mundo, y con un compromiso social profundo. Desde una provincia del litoral y un pueblo sobre el río Paraná se vive más intensamente el sentimiento de patria porque se lo vincula a un terruño, a un paisaje idílico, al amor de la gente, y sobre todo al amor de la gente popular. Si bien nací en una familia de clase media relativamente acomodada siempre tuve una raíz popular en mis relaciones sociales, culturales y políticas. Terminé el secundario en mi pueblo y vine a estudiar derecho a Buenos Aires, como el resto de mis hermanos. Aquí tenía la mayoría de mis familiares. Siempre me identifiqué con el nacionalismo social podríamos llamarlo así. Pero de Buenos Aires estaba enamorado antes de venir por mi gusto por el tango, y aquí me enamoré definitivamente. Hoy no soy plenamente de Buenos Aires y no soy plenamente de La Paz, Entre Ríos. Convivo con cierto desarraigo permanente, cierta nostalgia de los atardeceres en el Paraná, y ciertos atardeceres en “La Giralda”. Lo que más me llamó la atención al llegar a Buenos Aires –Año 1976- fue la gente que comía parado en la pizzerías de la calle Corrientes. Amo repetir ese rito. Hay algo de lo pasajero, de lo transeúnte que me cautiva, y sobre todo de lo anónimo. En mi pueblo iba a parque a escribir poemas para encontrarme solo, y los amigos me gritaban desde los autos: “Te llevo”. Es ingenuo verlo así. Pero amo la soledad en bares y lugares de Buenos Aires. Mi vinculación con el peronismo empezó de joven, pero quien me terminó de convencer fueron los libros de Jorge Abelardo Ramos. Me vinculé a la Revista Línea, en el año 80. La repartía en secreto en la Facultad de Derecho entre los años 80/81/82. Prontamente empecé a trabajar en Tribunales penales de la capital, en marzo del año 77, ingresé como “pinche”. Ahí perdí toda inocencia, si algo me quedaba. Recuerdo llegar a Tribunales a la mañana y las colas para presentar los Hábeas Corpus, y las colas en las embajadas. Recuerdo la brutalidad, cuando no la complicidad de aquellos jueces y funcionarios. Muchos en la argentina pueden decir que no sabía nada, pero los jueces y funcionarios penales no pueden decir que no sabían. Lo supe siendo “pinche” y levanté mi voz ante la jueza, que me dijo en un Hábeas Corpus: “fírmalo vos”, pero yo no tenía firma, era “pinche”.


Te has destacado por tu formación y trayectoria en la lucha contra la criminalidad económica, ámbito en el cual has hecho aportes muy valiosos. A tu criterio, ¿el estudio y la lucha contra la criminalidad económica es estratégica para la formación de un proyecto nacional?

La criminalidad económica es la criminalidad de los poderosos de los verdaderamente impunes: los banqueros, las Compañías de Seguro, y las corporaciones económicas que son sus aliadas. Los que están vinculados a la fuga permanente de divisas, al lavado de dinero, a la timba financiera, los golpes de mercado, al endeudamiento externo, a la evasión impositiva, la administración fraudulenta. Es fuga permanente de divisas, y el resto de los delitos que mencioné son permanentes para ese grupo oligárquico y minoritario pero extremadamente poderoso, y forma parte de la criminalidad estructural del país y no varía con los cambios políticos mayormente. La criminalidad ocasional tiene que ver con la corrupción política y de los funcionarios públicos que se relaciona con la ocasionalidad del cargo público. Es posible que allí entre una variante de los dos –criminalidad estructural y criminalidad ocasional- que es la financiación de la política que en algún momento tiene que tratarse de raíz, y es posible que sea necesario que el Estado se haga cargo y no acepte financiamiento privado. Un gobierno nacional y popular tiene que tener muy en claro el problema y llevar adelante una lucha sin ambages contra la criminalidad económica. Ocurre que la fuga de divisas deja al país sin dólares y aumenta la deuda externa, sumado a la evasión impositiva es un cóctel explosivo de la criminalidad estructural. Debe pensarse que la evasión impositiva es mucho más grave en un país lationamericano que en los países poderosos, allí es sobre todo para financiar el gasto militar, aquí la evasión perjudica el gasto social y de equilibrio de un estado de bienestar que siempre tiene que estar presente en un estado con justicia social.


El capitalismo, como formación social predominante a nivel mundial, ha conducido a graves crisis de distintas índoles, humanitarias, sociales, ambientales, y a una situación de injusticia social y desigualdades inadmisibles, así como generado tremendas formas de criminalidad como la comercialización ilegal de armas y drogas, entre otras. ¿Consideras que la criminalidad económica es inherente al capitalismo en su estado de desarrollo actual y a la relación de dependencia que nos imponen las potencias mundiales?

La criminalidad económica es consustancial al capitalismo, forma parte de su naturaleza, mucho más en un capitalismo dependiente del poder financiero internacional como es el de nuestro país. Lenin, en el “Imperialismo eta superior del capitalismo” se refiere expresamente a la relación de dependencia financiera con el imperio británico de principios de siglo –el libro es de 1916- por parte de nuestro país, y acota más adelante que el capital financiero difunde por todos lados la falta de libertad y la dependencia. Hoy somos meros esclavos del poder financiero internacional. Macri, Caputo, Dujovne y equipo tienen que ser juzgados por un gobierno popular y mandados a la cárcel por el enorme perjuicio que le provocaron a la nación argentina y se lo provocaron mientras le provocaban un servicio majestuoso al poder financiero internacional. Las causas relacionadas a la criminalidad financiera estructural deben ser de lesa humanidad y ser imprescriptibles, hoy muchos expertos están diciendo esto. No puede ser que la causa del megacanje haya prescripto. Cavallo está impune, y aquí se matan pibes por un paquete de salchichas, y se los mata por la espalda y con consentimiento del estado. Patricia Bulrich va a ir presa como instigadora al asesinato.



Tras el derrumbe de la experiencia soviética el concepto de socialismo ha sido puesto en crisis, pero al mismo tiempo el capitalismo, que se ofrece al mundo como lo único realmente existente, solo ofrece la profundización de las injusticias y las opresiones. ¿Se puede creer en la superación del capitalismo? ¿Se puede construir una alternativa como esperanza para nuestros pueblos latinoamericanos? 

Totalmente. Los doce años de kirchnerismo y el auge de los gobiernos populares en Latinoamérica lo demostraron. Hay que pensar en dos cosas: Por un lado la instauración de un gobierno popular que establezca la justicia social en el país, con gran control de la actividad económica y financiera, con el resorte del comercio exterior en manos del estado, así como reforma financiera y bancaria al servicios público y de la nación. Que asimismo profundice un proceso de re-industrialización poderosa y definitivo de la patria. Con grandes vías férreas, y corporación polimodal de transporte en manos del estado como lo propugna el proyecto Elma XXI, hay que hacer de ese proyecto un proyecto nacional que devuelva Elma fuerte y también poderosa para aprovechar los recursos hídricos, navegables, de riqueza ictícola del mar argentino, hoy entregado a los ingleses, y eso no puede ser. Hay que denunciar los tratados de Madrid con los ingleses. Hay que hacer un proyecto que vuelva a encantar a la sociedad argentina. Lo hizo oportunamente el peronismo, y tiene que volver a hacerlo. Pero tiene que hacerlo, si el peronismo no lo hace, en la forma que el peronismo encarne, que hoy es Cristina tiene que llevarlo a cabo.
Pero en segundo lugar hay que seguir pensando un sistema que salga fuera del capitalismo que es sinónimo de desolación y muerte. Hoy por hoy, en los países latinoamericanos el papel de un estado social y democrático de derecho es fundamental.



A tu juicio, ¿qué es el pensamiento nacional? ¿Cuál es la vigencia que sigue teniendo la necesidad de formar una conciencia nacional y la de elaborar un pensamiento antiimperialista, como sostenía Juan Perón, o intelectuales como Juan José Hernández Arregui y Rodolfo Puiggros, entre tantos exponentes nacionales?

El pensamiento nacional es el único que nos va a dar un destino para la patria y su población integrada en un proyecto de país y de estado continental industrial como decía Perón y repetía el cumpa Methol Ferré. Para los pobres y excluidos de este país no hay salida con un proyecto internacionalista y globalizador extremo. Hay ciertas tendencias de la globalización que no pueden ser detenidas, pero el proceso nacional de industrialización con pleno empleo, repito pleno empleo, ningún pibe en el conurbano sin trabajo, ninguna familia sin trabajo. Vuelvo a repetir con Pleno empleo. Porque nuestros economistas siempre hablan de un diez por ciento o menos o más de desocupación. No debe ser así. Perón es el guía, Juan José Hernández Arregui, Rodolfo Puiggros, Jorge Abelardo Ramos, Norberto Galasso. Son rectores de todo esto, pero hay que incorporar a pensadores o artistas que tradicionalmente estaban lejos nuestro, pero lo que escribieron o pensaron están en la raíz de la patria. Pienso en Leopoldo Marechal, Jorge Luis Borges, en este último hay una raíz de la patria en lo pensó e incorporó. Yo sé que esto no suena bien, pero el maravilloso libro de Galasso sobre Borges lo muestra en sus inicios. Creo que al ámbito de lecturas de los compañeros hay que incorporar filósofos como Georg Wilhelm Friedrich Hegel que era el primer peronista aun antes del general. En fin.



Vos sos una persona nacida y vinculada fuertemente con el Litoral entrerriano, por lo que vivenciaste la relación Buenos Aires - Interior. Quisiera conocer tu opinión acerca de cuál crees que es la importancia de esa experiencia vital -signada por el vínculo entre dos regiones diferentes, con el interior profundo del país, sus necesidades y creatividades- para tener una visión nacional y federal.

Soy muy agradecido en haber nacido en un pueblo sobre las barrancas del Paraná, cerca del campo. Como dije la vivencia del país me resultó muy fácil. Desde que llegué a Buenos Aires no me entendía con la gente de la zona norte –que era donde estaba instalado- porque esa gente no vive el país, y todo su capital lo tiene afuera, siempre jugando a una devaluación. De muy joven vi que Dios estaba en todas partes pero atendía en Buenos Aires. En los sesenta y setenta las distancias eran insalvables, pero hoy: internet, el celular, el cable, todas las comunicaciones juntaron las distancias, y vivir en un pueblo no es como antes. Pero no hay federalismo en el país. Triunfó Mitre. Creo que en la batalla de Pavón, Urquiza debió destruir el ejército de Mitre y hacer otro país. No quiso. No sé qué pacto masónico primó. En el 55 el General tuvo el “síndrome de la cañonera paraguaya”, que nos acompaña a los peronistas hasta hoy, que los peronistas nos ponemos siempre límites para profundizar nuestros cambios. Perón debió controlar la revuelta y fusilar a los rebeldes y fundar otro país definitivamente industrial con justicia social. En ambos casos no pudo ser. En Estados Unidos, el norte cuando tuvo que masacrar al sur y formar un país industrial lo hizo. Aquí no sé qué faltó.


Vos sos un poeta que has publicado recientemente “Llueve en las raíces”, un hermoso libro de poesía. ¿Crees que la literatura -sea poesía, cuento, novela o ensayo- puede contribuir a formar la conciencia nacional?
¿Qué poetas argentinos y/o latinoamericanos crees que son fundamentales que las jóvenes generaciones de nuestro país conozcan?

Creo que la educación estética del hombre es fundamental y primera. Friedrich Schiller le dedicó un ensayo que antes se conseguía. Creo que los políticos sin sentido estético son nuestros políticos ortodoxos, como Hegel decía de los filósofos en su fragmento de sistema (escrito de muy joven con otros estudiantes destacados). Veo la historia universal como un gran libro que se abre en filigranas a través de los siglos. La literatura de un país es parte fundamental de su lengua, su trama, su red de sentidos múltiples, conocerlas es deber y placer de sus habitantes. Borges, Leopoldo Marechal, Roberto Arlt, José Hernández, Jacobo Fijman, Enrique Molina, Juan L. Ortíz, Carlos Mastronardi, Francisco Madariaga, Manuel J. Castilla (siguen nombres….) y en Latinoamérica Alejo Carpentier, Gabriel García Márquez, Lezama Lima, Vicente Huidobro (siguen nombres…), el brasileño poeta Mario Quintana me parece esencial.

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