viernes, 8 de julio de 2016

Papel prensa, capital extranjero y la cuestión político cultural (2012)


Desde la Capital Federal hay un concepto vago respecto de la existencia de la prensa del interior de nuestro país. Se sabe que existen algunos diarios, no se sabe cuántos ni de qué tiradas y poco de su rica historia. Los diarios que conforman la Asociación de Diarios del Interior, muchos de ellos más que centenarios, tienen un enorme arraigo en su lugar de influencia y circulaciones muy importantes que, en su conjunto, supera el millón de ejemplares diario. Además, el índice de credibilidad y de localismo del que gozan es tan significativo que se estima que en cada una de sus localidades entre el 90 y el 95 % de los lectores de diarios, se informan a través del medio local” (exposición de ADIRA en las audiencias públicas). El grupo Clarín –con un capital social de 12 mil millones de dólares en el 2010- es dueño del paquete de acciones mayoritario, y a la vez del diario de mayor tirada del país, de los grandes diarios provinciales (La Voz del Interior, La Gaceta de Tucumán, Los Andes), de más de doscientos canales de televisión, canales de aire, de empresas proveedoras de Internet, y de agencia de noticias. Se destaca también la participación de Goldman Sachs en el 18% de las acciones del grupo, corporación financiera que controla el sistema financiero neoliberal de Europa y que es tan poderosa que últimamente ha logrado colocar al máximo directivo del banco central de la eurozona, por lo que la connivencia entre el capital financiero extranjero y el monopolio mediático en nuestro país es un hecho de poder de público conocimiento. Es viable suponer, entonces, que el poder económico que da esa posición de control de la producción del papel para la prensa se traduce en influencia y control de ideas, a partir del cual se busca imponer un único relato sobre la realidad que responda a los intereses económicos dominantes. La existencia de esta hegemonía ideológica se advierte en nuestra historia reciente en enunciados tales como que “achicar el estado es agrandar la nación” y especialmente en un fuerte estigma antiobrero y antisindical que es posible verificar en los grandes medios. La construcción de una idea fuerza que identifique a la nación con lo popular y que reivindique las luchas del pueblo a lo largo de la historia, es la esencia de esa disputa cultural e ideológica. 
Señales Populares 

No hay comentarios:

Publicar un comentario