En búsqueda de la
liberación
por equipo de formación
Corriente política E.S.Discépolo
Contexto histórico de surgimiento
La
crisis económica de 1929 produce un sacudón en el sistema de
dominación mundial ejercido por los países centrales (EEUU,
Europa), profundizado por los efectos de la Segunda Guerra Mundial
(1939-45). La salida planteada por los países dominantes para su
recomposición se ve reflejada en el denominado Plan Marshall, según
el cual los vencedores “ayudan” a los perdedores a
reimpulsar su actividad económica.
“Estados
Unidos se había quedado con todas las bolitas, y si no le prestaba
algunas a Europa no podía seguir jugando”
Miguel
Miranda
Sin
embargo, en esta política no se veían contemplados los países del
llamado Tercer Mundo (colonias y semicolonias). En la etapa posterior
a esta crisis se van gestando los Movimientos de Liberación Nacional
(MLN) en muchos los países del Tercer Mundo como consecuencia de dos
causas estrechamente relacionadas:
-
La crisis del modelo de dominación a nivel mundial
-
El desarrollo de la combatividad y conciencia de los sectores populares en los países del tercer mundo
Los
efectos de la crisis alteran la lógica del modelo de exportación de
materias primas implantado en Nuestra América (dejan de comprarnos
materias primas y dejamos de recibir manufacturas) y en el período
que va de la década del 30 al 40 se genera una industrialización
por sustitución de importaciones (ISI), especialmente en México,
Brasil y Argentina. En estos tres países surgen movimientos
antiimperialistas que cuestionan la dominación ejercida desde el
exterior.
Por
otro lado, vale la pena destacar que a lo largo del siglo XX han
surgido Movimientos de Liberación Nacional en otros países de
Latinoamérica (entre otros, Bolivia y Cuba, desembocando éste
último en un proyecto socialista) de acuerdo a particularidades
propias de los mismos.
Los
MLN en América Latina en la primera mitad del siglo XX se han
caracterizado por:
-
Ser movimientos policlasistas, es decir que al interior de ellos hay
distintas clases y sectores sociales que coinciden en intereses
principales (quebrar la dependencia del imperialismo, desarrollar
un mercado interno, modernizar el país, etc.) y, al mismo tiempo,
tienen disidencias en intereses secundarios (los trabajadores
quieren mejores salarios y los empresarios buscan mayores ganancias,
entre otros).
-
Ser de liberación nacional, es decir que dentro de esa coincidencia
de intereses principales siempre se encuentra la de avanzar en la
lucha por romper con la dominación externa.
-
En esta lucha por la liberación nacional siempre se enfrentan al
imperialismo y a sus aliados internos, que en Latinoamérica han sido
las oligarquías dominantes.
-
Existe una fuerte presencia de los sectores populares (trabajadores,
campesinos, excluidos), que les da un sello muy particular. Estos
sectores son los que históricamente han llevado la lucha por la
liberación nacional con mayor persistencia y profundidad.
-
El estado tiene un rol activo en estos procesos, regula la economía,
interviene en las luchas sociales, maneja empresas y recursos
naturales, etc.
-
En líneas generales han cuestionado el modelo de exportación de
materias primas y han profundizado los procesos de industrialización
en nuestros países, impulsándolos desde el Estado.
El
Peronismo, el caso argentino
El peronismo ha sido el mayor movimiento
de masas de nuestro país. Con él se ha producido un cambio
estructural en las condiciones de vida y en la conciencia de los
distintos sectores de la sociedad, cambios que se perciben hasta el
día de hoy.
Entre sus antecedentes podemos encontrar
al Yrigoyenismo en tanto movimiento político y al pensamiento
nacional (especialmente FORJA y Scalabrini Ortiz) en tanto desarrollo
ideológico.
Con el proceso de sustitución de
importaciones sucedido a partir de 1930, la sociedad argentina
comenzó a cambiar su estructura. Se crearon nuevas fábricas de
industria liviana alrededor de las ciudades principales y surgieron
nuevos actores: los trabajadores y los empresarios dueños de esas
nuevas fabricas.
Por un lado, quienes antes trabajaban en
los campos del interior comenzaron a migrar hacia los alrededores de
la capital, conformándose lo que hoy conocemos como conurbano
bonaerense, donde se emplearon en nuevas fabricas textiles,
hojalaterías, etc. (industrialización-migraciones internas). Al
mismo tiempo, surgieron nuevos empresarios que orientaron su
producción hacia el mercado interno para sustituir los productos que
no estaban llegando desde Europa. Es importante destacar que estos
empresarios no pertenecían a la oligarquía tradicional, que seguía
ligada al imperio ingles y produciendo bienes que no cuestionaban su
dominación (materias primas del campo y manufacturas complementarias
con este imperio como el aceite).
En 1943 se produjo un
levantamiento militar que derrocó al gobierno ilegitimo de Ramón
Castillo1,
el cual había llegado al poder por medio del fraude y la corrupción.
Juan Domingo Perón, uno de los líderes del levantamiento decidió
crear y ponerse al frente de la Secretaría de Trabajo y Previsión
(luego fue también Ministro de Guerra y Vicepresidente). Desde
allí, interactuó de manera directa con los nuevos actores antes
mencionados. Su mediación en la puja entre empleadores y
trabajadores tuvo como resultado conquistas muy profundas en materia
social que mejorarían las condiciones de vida de los más
desprotegidos y quedarían grabadas en la memoria histórica:
vacaciones pagas, aguinaldo, sábado medio turno, domingo libre,
horario de ocho horas, jubilación, asignación familiar,
indemnización por despido, estatuto del peón, fueron algunas de las
conquistas que, o no se cumplían, o directamente no existían. En
este período se produjo una fuerte identificación por parte de las
masas de trabajadores con Perón. De esta manera podemos explicar por
qué luego de haber sido apresado Perón, los obreros irrumpan en la
escena política reclamando su liberación en aquella jornada
histórica del 17 de octubre de 1945.
“Era el subsuelo de la patria
sublevado (…) era el de nadie y el sin nada en una multiplicidad
casi infinita de gamas y matices humanos aglutinados por el mismo
estremecimiento y el mismo impulso, sostenidos por una misma verdad
que una sola palabra traducía: Perón. (…). Lo que yo había
soñado e intuido durante muchos años estaba allí presente,
corpóreo, tenso, multifacetado, pero único en el espíritu
conjunto. Eran los hombres que están solos y esperan, que iniciaban
sus tareas de reivindicación. El espíritu de la tierra estaba
presente como nunca creí verlo”
Raúl Scalabrini Ortíz
Con Perón como presidente, luego de las
elecciones de 1946, se consolida el MLN, que sería reelecto,
asumiendo en 1952.
Desde 1943 también se dan grandes pasos
en materia de soberanía nacional: se nacionalizan los ferrocarriles,
depósitos y elevadores de granos, teléfonos, depósitos bancarios,
se amplía la flota mercante y se crea el IAPI, entre otros avances
significativos. Con estas medidas se avanzó fuertemente en la
autodeterminación nacional, por un lado, pudiendo transportar
nosotros mismos gran parte de lo que decidimos vender o comprar, y
por otro lado, con el IAPI y los depósitos bancarios tuvimos la
posibilidad de transferir recursos antes apropiados por la oligarquía
(renta agraria diferencial) hacia el fomento de la industria
orientada al mercado interno y a mejorar el nivel de vida de los
trabajadores. El mecanismo utilizado consistía en que el Estado, a
través del IAPI, prácticamente monopolizaba el comercio exterior en
cereales. Fijaba el precio del cereal antes de haberse sembrado
(garantizándole ganancias al chacarero) y luego lo vendía en el
mercado exterior, apropiándose de una parte importante de la renta
agraria diferencial antes en manos de la oligarquía y del
imperialismo. Esta porción era dirigida hacia los trabajadores por
medio de mejoras sociales y hacía los industriales mediante créditos
baratos (el Banco Central nacionalizado indicaba a quién le podían
prestar los demás bancos y bajo qué condiciones).
En la etapa abierta en el 43, y sobre todo
desde el 45, los trabajadores se convierten en actores políticos
decisivos en la escena nacional, ya que no sólo pesan en las
decisiones económicas sino que se hacen visibles en el plano
cultural, desafiando a la cultura dominante: los obreros aparecen en
los bares del centro, veraneando en Mar del Plata, en los textos de
estudio... Sentirse orgulloso de ser un “descamisado”, un
“grasita”, etc. como contraposición a los valores tradicionales,
es una manifestación de la identidad de clase que se va construyendo
en ese período. Esta identidad se encuentra estrechamente ligada al
avance profundo en el desarrollo de la conciencia nacional dada la
vinculación entre nacionalizaciones, soberanía y conquistas
sociales, es decir, entre cuestión nacional y cuestión social. Las
tres banderas funcionaban como programa de gobierno: soberanía
política, justicia social, independencia económica.
En tanto movimiento, el peronismo
representa a distintas clases y sectores sociales. A los trabajadores
y empresarios orientados al mercado interno se suman el ejército
(sobre todo el ala industrialista) y la Iglesia en el primer periodo.
Perón realiza una conducción pendular mediante la cual no se
presenta como líder exclusivo de ningún sector, sino como el
conductor del movimiento, priorizando siempre aislar a la oligarquía
y preservar la unidad de todos aquellos que tienen intereses opuestos
a ella.
Sin embargo con el correr de los años las
contradicciones de esta alianza de clases se van profundizando.
Luego, los empresarios comienzan a pedir menos conquistas obreras, y
la Iglesia se enfrenta directamente al peronismo: el movimiento
nacional comienza a desgastarse por dentro. A esto se suma que las
presiones internacionales crecen con la recuperación de los países
centrales de la Segunda Guerra. En 1955 se produce un ataque directo
desde el un sector de las Fuerzas Armadas al pueblo bombardeando la
Plaza de Mayo y en ese mismo año se produce el golpe de Estado que
toma el gobierno.
La “Revolución Fusiladora” censura al
peronismo, lo proscribe, persigue y llega a fusilar a sangre fría a
sus militantes. Por otro lado, esta es una etapa de gran resistencia
obrera, al principio más bien inorgánica: haciendo huelgas,
poniendo caños, haciendo pintadas... Poco a poco el nivel de
organicidad y conciencia de los trabajadores va aumentando, llegando
a la toma del frigorífico Lisandro de La Torre y a la CGT de los
Argentinos. También en esta etapa se destaca la publicación de
obras centrales del pensamiento nacional de Arturo Jauretche, Juan
José Hernández Arregui y Jorge Abelardo Ramos. Hacia fines de la
década del 60 surgen la organizaciones armadas, influenciadas
fuertemente por la revolución cubana, no todas identificadas con el
peronismo.
La lucha frente a los militares primero,
luego contra los “democráticos” que habían ganado con el
peronismo proscripto y otra vez frente a los militares se prolonga 18
años hasta que en 1973 vuelve Perón y elige como candidato a Héctor
J. Cámpora, que es electo presidente con el 49,5 % de los votos.
Por esos años el Movimiento había
cambiado en su base social: el empresariado orientado al mercado
interno era más exigente en relación a los obreros y aparecían los
sectores medios (que como sector social en el 45 había sido
profundamente antiperonistas) radicalizados por la etapa de la
resistencia. Los trabajadores seguían siendo la columna vertebral
del movimiento a pesar de que se habían desarrollado algunos
sectores muy corrompidos dentro del sindicalismo (liderados por
Augusto Vandor). En ésta etapa se expresa un ala de derecha
enquistada dentro del movimiento nacional expresada en la figura de
López Rega.
El líder del movimiento nacional intentó
por todos los medios mantener el movimiento unido, aislando a la
oligarquía hasta el fin de sus días, un 1ro de julio de 1974 donde
la inmensa mayoría del pueblo argentino derramó sinceras lagrimas
por la partida de “uno de los nuestros, quizás el mejor”.
“El
General Perón, figura central de la política argentina de los
últimos treinta años, murió ayer a las 13,15 horas. En la
conciencia de millones de hombres y mujeres, la noticia tardará en
volverse tolerable. Más allá de la lucha política que lo envolvió,
la Argentina llora a un líder excepcional”
Rodolfo Walsh
1
Castillo se presentó como Vicepresidente de Roberto
Ortiz en la fórmula de la
llamada "Concordancia",
que triunfó en elecciones fraudulentas y
asumió el poder el 20
de febrero de 1938.
Cuando Ortiz renuncia por graves problemas de salud, Castillo asumió
el poder para completar el período presidencial; desde 1940 estaba
efectivamente a cargo del Poder Ejecutivo.
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