Hombre de carrera militar, político y defensor del patrimonio
nacional.
Entre 1958 y 1959 está a cargo de la Secretaría de Enlace y
Coordinación de la Presidencia de la Nación. En 1963, es Comandante
de la VI División de Infantería de Montaña, y un año después
director de la Escuela Superior de Guerra. En marzo de 1964, en el
discurso de inauguración de sus cursos reivindica a Baldrich y
Mosconi en la defensa de nuestro petróleo, al igual que a Savio y la
siderurgia. Las fuerzas armadas al servicio de la política nacional,
entendida esta como la promoción del “desarrollo económico
social, en la profundidad de sus estructuras, a través de las
industrias pesadas y de otros factores básicos, y mediante las obras
de bien público; estimular la investigación científica y técnica;
acrecentar nuestros valores espirituales y culturales; y respetar la
Constitución Nacional y al poder legal y legítimamente
constituido”.
En 1965, es nombrado Jefe del Estado Mayor del Comando de Institutos
Militares. Hasta que en junio de 1970 es designado
secretario del CONADE (Consejo Nacional de Desarrollo) donde se
enfrentó a las políticas liberales del ministro de economía Moyano
Llerena. Guglialmelli propone, otra vez, una política industrialista
con medidas como aumentos masivos de salarios, desgravaciones
impositivas y protección a la empresa argentina, así como también
sugiere la nacionalización de los depósitos bancarios. El 3 de
noviembre de ese año renuncia al cargo denunciando la acción de los
monopolios internacionales. A partir de esta experiencia publica su
libro “120 días en el gobierno”.
En 1971 ya es General de División retirado. Funda el Instituto
Argentino de Estudios Estratégicos y Relaciones Internacionales.
Publica la revista “Estrategia”. Desde allí defiende nuevamente
el proteccionismo industrial. En abril de 1971, insiste y denuncia la
extranjerización de la economía a consecuencia de la política de
Krieger Vasena, y da a conocer una declaración en la que advierte
sobre la situación de retorno a la “década infame”: “El
proceso de desnacionalización de empresas prosigue a despecho de la
grita antimonopolista y de las invocaciones presuntamente
nacionalistas”, denunció el modelo económico de apertura y
“de competencia exterior como estímulo a la ´eficiencia´”
que conlleva la decadencia económica del “empresariado nacional
que soportó y soporta la feroz ofensiva de los monopolios”, y
por el cual “los sectores obreros y de la clase media
dependiente, ante el deterioro de su ingresos reales no tendrán otro
camino que el de la violencia”. Defiende los “recargos
aduaneros” y el poder nacional de decisión. Y alerta sobre el
regreso del régimen y el contubernio y una nueva Unión Democrática
que, con maniobras intenta que se “margine al pueblo o
desconocer la existencia del peronismo y de su jefe Juan Domingo
Perón”. “Al acuerdismo y al contubernio, hay que oponer
la alianza de todos, de los hombres, de las mujeres y de los jóvenes,
que están empeñados en la liberación social y la independencia
nacional de nuestro pueblo.”
Defensor de una geopolítica nacional que revalorice el territorio,
el sector energético y la minería, ambos vinculados al desarrollo
industrial, “rubros básicos del potencial económico”, en
contradicción con el sistema vigente de producción agropecuaria de
la pampa húmeda, con las comunicaciones centradas en Buenos Aires y
el “poder político controlado por los intereses
agro-importadores”, y de “acentuada dependencia foránea”.
Su nacionalismo económico, la defensa del patrimonio nacional, de la
industria, la distribución de la riqueza y el desarrollo integral de
la sociedad, sus preocupaciones por la liberación nacional y su
consecuente crítica y denuncia de las políticas económicas
liberales y la extranjerización del país, así como su oposición a
cualquier uso de las fuerzas armadas como instrumento de represión
contra el pueblo, le merecen el reconocimiento de los argentinos.
Falleció el 9 de junio de 1983.
(NG y JA)
Diario Clarín, 13 de abril
de 1971 y 13 de noviembre de 1975.
Diario El Mundo, 7 de marzo
de 1974.
Revista
Panorama,
marzo de 1971, Buenos Aires.
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